Cuento 14 el día en que el reino de la reina masa casi se divide
El día en que el reino de la reina masa casi se divide
Como siempre ocurría en el reino de la Reina
Masa, las masas iban y venían por todos los caminos que encontraban. Si en el
diario andar llegaban a un lugar donde no había caminos, lo hacían y así podían
proseguir. A veces los caminos eran rectos y otras veces eran sinuosos. A veces
eran cortos otras veces eran largos. A veces eran angostos otras veces eran
anchos. La princesa Materia hubo de ordenar el sentido de circulación por
muchos de los caminos pues las masas, a veces, se entorpecían unas a otras al
querer pasar de un lugar a otro. Cierto día, en uno de los tantos poblados se iba
a realizar una reunión de masas. Era, para muchas masas, una reunión muy
esperada pues se iba a debatir, entre los representantes de las diferentes
comunidades del reino, si en adelante iba a existir un reino global o un reino
por cada sector. Habían masas y otros seres, como las Fuerzas por ejemplo, que
solicitaban independencia, decían que no podían estar bajo la tutela de una
sola Reina, pues por más empeño que pusiera no podía estar en todas partes a la
vez. La princesa Materia representaba a las masas que eran felices bajo un solo
reinado.
El Señor Átomo, que era muy amigo
de la princesa Materia, pensaba distinto. El estaba en acuerdo de que las masas
más pequeñas del reino tuvieran independencia, y querían que los gobernara la
señora Molécula. La comunidad de las Fuerzas también proponía que ellas
necesitaban independizarse, para ello enviaron a su representante la Fuerza
Normal. Y las distintas masas y Fuerzas se aglomeraban ya a las puertas del
poblado donde sería la reunión. La princesa Materia envió a sus fieles súbditos
Electrón, Protón y Neutrón para que conversaran con el Señor Átomo y lo hiciera
desistir de su empeño en independizar a las masas pequeñas. El Señor Átomo
también envió un emisario a conversar con la comunidad de las Fuerzas, y llevaba
el encargo de que le dijera a Fuerza Normal que si se unían podían hacer causa
común y convencer a todos los habitantes del reino que era necesario que cada
comunidad tuviera su propio reinado. La princesa Materia envió a su amiga
Gravedad a que conversara con el Señor Peso para que este le dijera a Fuerza
Normal que si se conservaba el reino de la Reina Masa, ellas, las Fuerzas,
podrían seguir actuando como siempre lo habían hecho. El Señor Peso le dijo a
Gravedad que no podía prestarse para tal servicio pues ya estaba cansado de
estar bajo el gobierno de la Reina Masa. Gravedad tuvo que amenazarlo con
desaparecer de su existencia si no acudía con el mensaje donde Fuerza Normal.
Por cierto que ante tal amenaza, el Señor Peso tuvo que acceder a la solicitud
de Gravedad. Y mientras las masas y las Fuerzas tomaban rumbo al lugar de la
reunión, los emisarios iban y venían haciendo negociaciones previas a la
reunión, ya sea para afirmar posturas o también para debilitarlas. A orillas
del poblado donde se haría la reunión, se levantaban tiendas de campaña
improvisadas pues algunas masas no sabían cuánto iba a durar la reunión. Otras,
más aprovechadoras de la situación, pusieron a la venta muchos artículos
conocidos y otros desconocidos. Se podía encontrar desde los indispensables
“cubre masas” hasta los famosos “hoyos para entrar” y “hoyos para salir”. Estos
últimos eran los inventos de moda del señor Deschavetado. Las emisoras radiales
y televisivas llegaban de todas partes del reino. También lo hacían los reporteros
de los distintos periódicos y revistas de mayor circulación. Se instalaban
grandes plataformas para emitir señales vía satélite para así llegar más pronto
con las últimas noticias del encuentro. La señora Molécula se reunía con sus
más cercanas amigas y amigos para buscar argumentos que les aseguraran la
independencia del reino. El Señor Átomo hacía las veces de líder y era él quien
propiciaba los mejores dichos y las más sabias palabras. Incluso hubo algunos
átomos que estaban reconsiderando la opción de que fuera la señora Molécula la
futura Reina y ya querían que fuera el Señor Átomo. Pero el mismo Señor Átomo
decía que se contentaba con ser el representante, que no tenía ansias de poder
ni de gobernar, que era la señora Molécula la más indicada para tal misión. En
otra parte, en una extraña tienda de campaña en forma de zapato, se reunían las
más importantes Fuerzas para discutir la estrategia que iban a mostrar en la
reunión. Todas las Fuerzas presentes opinaban y consideraban que su postura era
la más fuerte de todas. Entre ellas, las Fuerzas, lo que no estaba muy claro es
quien sería la reina o el rey si lograban la independencia. Muchos se
inclinaban para que el futuro reinado cayera en manos del famoso matrimonio
Gravitación Universal, donde Leydela sería el rey y Gravedad la reina. El señor
Peso se levantó y dijo que era imposible que Gravedad llegara a ser reina pues
ella estaba actuando de emisaria de la princesa Materia. Y que incluso había
que desterrarla de la comunidad de las Fuerzas pues su acción la consideraba
una traición a la causa. Fuerza Normal se levantó y llamó a la cordura, y dijo
que si ganaban la independencia harían un plebiscito para elegir a los futuros
gobernantes de la comunidad. Con ello hubo más tranquilidad y las argumentaciones
siguieron llegando. Mientras, en el palacio de la Reina Masa había cierta
convulsión. La Reina Masa consideraba que los agitadores de masas y Fuerzas
tendrían que rendir cuentas ante ella, pues estaban siendo desleales con quien
les daba cabida en el reino. Para ella, la reina, todo esto era un complot de
masas y Fuerzas que tenían intereses creados y solo tenían la ambición de tener
poder y, con ello, aumentar sus riquezas. En uno de los salones más lujosos del
palacio la princesa Materia recibía las últimas instrucciones para hacer ver a
los “agitadores” que no había otra posibilidad que solo el reino de la Reina
Masa. Las autoridades locales del poblado donde se haría la reunión tuvieron
que llamar a acuartelamiento general a la imponente guardia imperial del reino
de la Reina Masa, que era más conocida como “La Muralla”. La Muralla rodeo el
poblado y puso integrantes en cada esquina del pueblo, algunos andaban solos y
otros acompañados. También tuvieron que vigilar el sector donde estaban las
masas vendedoras y las masas compradoras. Era tal el tumulto de masas y
Fuerzas, que la presencia de La Muralla fue de una gran utilidad para evitar
que se destrozaran los jardines del pueblo y, además, impidieron que se
cometieran desordenes. Y llegó el esperado encuentro de los representantes de
los sectores que querían la independencia. Se levantó un gran escenario y sobre
él se dispuso una mesa donde estarían los representantes y el moderador de la
reunión que, por cierto, no podía ser otro que el famoso Gravitón. Llegado el
momento al centro de la mesa se sentó Gravitón y a uno de sus lados estaba la
princesa Materia y Fuerza Normal, al otro lado solo estaba el Señor Átomo.
Gravitón les dijo que cada uno iba a hacer uso de la palabra y que el motivo que
deberían argumentar era en el sentido de la necesidad de presentar una
solicitud de independencia de las diferentes comunidades del reino de la Reina
Masa. Fuerza Normal fue la primera en dirigirse a las numerosas masas presentes
y a las tantas que estarían escuchando en la radio o viendo en la televisión
esta reunión pública. - Nosotras, las Fuerzas, consideramos que nuestra
comunidad debe gobernarse por sí misma ya que la naturaleza de las masas que
están bajo el reinado de la Reina Masa es distinta a la de ellas. Mientras que
las masas necesitan de estar constituidas por partículas, grandes o pequeñas,
nosotras las Fuerzas actuamos solamente, no necesitamos estar compuestas de
algo. - Nuestro poderío es tan grande que podemos hacer moverse a las masas a
nuestra voluntad, podemos detenerlas o podemos deformarlas. - Es gracias a
nuestra existencia que las masas se pueden relacionar entre sí, ya que sin
nosotras andarían dispersas por el universo y el reino de la Reina Masa no
existiría. - El señor Peso, por ejemplo, ya ha demostrado ser conocido por el
reino, incluso más que la misma reina. Por otro lado, es Gravitación Universal
la responsable de la forma del reino, es responsable de que exista ese Sol que
nos alumbra o de esa Luna que nos visita noche tras noche. - Es la Fuerza de
Roce la que impide, junto al señor Peso, que las distintas masas del reino no
se escapen de las grandes masas que sirven de hogar para ellas. - Es la Fuerza
de Empuje la que impide que las masas acuáticas no tengan que vivir exclusivamente
en el fondo del océano o que las masas voladoras no tengan que andar caminando
en la tierra y puedan volar. - Las fuerzas vivimos en comunidad y tenemos
nuestro propio dominio, consideramos que sería más efectivo que una de nosotras
nos gobernara, pues estaría más cerca de nosotras en todo momento. Todas las
fuerzas presentes y también muchas masas, aplaudieron a Fuerza Normal,
encontraron que sus palabras eran muy sabias. Las más contentas eran las masas
frágiles que al contacto con las Fuerzas golpeadoras se destrozaban y se
dividían en pequeñas partes. Luego le llegó el turno al Señor Átomo. -
Estimadas masas, lo que nos convoca aquí hoy día no tiene mayor sentido pues es
sabido que nosotros los átomos y nuestras hermanas mayores, las moléculas, son
las que realmente gobiernan en este reino. - Que sería de ustedes, masas de
todos los tipos, si no existiéramos nosotros los átomos y las moléculas, que
les damos forma y consistencia. - Ni la más pequeña de las masas del reino y
del universo está ajena a nuestra presencia. No importa su color, aroma o
sabor, siempre somos nosotros los que les otorgamos sus cualidades. - La misma
Reina Masa está constituida de nuestros más preciados amigos átomos y
moléculas. - Nuestra forma de reunirnos da a las masas su naturaleza de ser
masas sólidas, líquidas o gaseosas. -
Nuestra forma de movernos al interior de las masas les otorga el calor
necesario para que no se congelen en los tiempos fríos. - Y, por último,
nuestra existencia es eterna. Si dejamos de existir ustedes, las masas, también
dejaran de existir en este reino y en este universo. Al término de las palabras
del Señor Átomo se produjo un impactante e inquietante silencio. Las masas,
cuál más y cuál menos, encontraron en sus palabras no solo argumentos que
mostraban a los átomos y a las moléculas como los responsables de la existencia
de todas las masas que existen. También notaron cierto tipo de amenaza al
reino, ya que si ellos dejaran de existir ya no habría razón de ser y se
acabarían las masas y, con ello, el reino de la Reina Masa y el mismo universo
llegarían a su fin. Sin levantarse de su asiento, intervino la princesa
Materia: - Estimadas amigas masas y amigas Fuerzas, muchas cosas que aquí se
están diciendo sin duda que son verdad. - Es verdad que nosotras no podríamos
movernos de un lado a otro si no existieran las Fuerzas. - Es cierto también,
que nuestra consistencia se la debemos a la forma en que en nosotras se reúnen
los átomos y las moléculas. - Pero, ¿las Fuerzas, existirían si nosotras no
existiéramos? - ¿No es acaso nuestra forma y nuestra consistencia la razón de
ser de los átomos y moléculas? - Gracias a las Fuerzas nosotras tenemos la
capacidad de desplazarnos de un lado a otro en este reino de la Reina Masa. Los
átomos y moléculas no pueden moverse más allá de cada una de nosotras. Ellos,
átomos y moléculas, no podrían gobernar más que una masa en particular. -
Nosotras estamos en todas partes del universo, y vamos de un lado a otro, sin
importar las dificultades que nos pone el medio. Siempre llegamos a donde nos
necesitan. - Más aún, y finalizo con esto, es la misma Sabia Naturaleza quien
le ha dado a la Reina Masa la labor de reinar en este reino. Acabadas las
palabras de la princesa Materia, la enorme aglomeración de masas se levantó de
sus asientos y vitorearon y gritaron el nombre de la Reina Masa. Se dieron
cuenta, a través de las palabras de la princesa, que la Reina Masa tenía la
misión de gobernar, incluso desde antes que existieran las Fuerzas. La Fuerza
Normal dijo: No son muchas las palabras que tú has dicho estimada princesa,
pero la sabiduría y sencillez con que las has pronunciado sin duda me dejan
claro el lugar que nosotras ocupamos en el reino. Seguiremos pues,
encargándonos de moverlas de un lado a otro, y también seguiremos cooperando en
la tarea de ordenamiento del reino. El Señor Átomo continuó diciendo: Me has
convencido querida princesa que también estás hecha de átomos y moléculas.
Nosotros somos importantes y vitales para tu existencia y el de todas las masas,
sin embargo hemos de reconocer que nuestro reino no podría extenderse más allá
de cada una de las masas del reino y del universo y, entonces, serían muchos
los reinos de átomos y moléculas que deberían existir. Eso no contribuiría al
ordenamiento del reino ni del universo. Seguiremos, entonces, dándoles la
forma, el color, el sabor y el calor que necesitan para que existan ustedes las
masas. Y así fue como se llegó al final de esta esperada reunión. Al final, los
que más ganaron fueron los vendedores de “hoyos para entrar” y “hoyos para
salir”. Casi todos los usaron para salir del pueblo y dirigirse a sus
respectivas localidades de origen. De la reunión misma, no hubo ganadores ni
perdedores, todo siguió igual. Más bien diríamos que se ganó algo, de entonces
en adelante en el reino hubo más armonía y alegría, ya todos sabían el lugar
que ocupaban en el reino. Ya todos sabían el rol que la misma Sabia Naturaleza
les había dado en este universo.
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