martes, 13 de octubre de 2015

Cuento 14  el día en que el reino de la reina masa casi se divide 
                     
El día en que el reino de la reina masa casi se divide
 Como siempre ocurría en el reino de la Reina Masa, las masas iban y venían por todos los caminos que encontraban. Si en el diario andar llegaban a un lugar donde no había caminos, lo hacían y así podían proseguir. A veces los caminos eran rectos y otras veces eran sinuosos. A veces eran cortos otras veces eran largos. A veces eran angostos otras veces eran anchos. La princesa Materia hubo de ordenar el sentido de circulación por muchos de los caminos pues las masas, a veces, se entorpecían unas a otras al querer pasar de un lugar a otro. Cierto día, en uno de los tantos poblados se iba a realizar una reunión de masas. Era, para muchas masas, una reunión muy esperada pues se iba a debatir, entre los representantes de las diferentes comunidades del reino, si en adelante iba a existir un reino global o un reino por cada sector. Habían masas y otros seres, como las Fuerzas por ejemplo, que solicitaban independencia, decían que no podían estar bajo la tutela de una sola Reina, pues por más empeño que pusiera no podía estar en todas partes a la vez. La princesa Materia representaba a las masas que eran felices bajo un solo reinado.

El Señor Átomo, que era muy amigo de la princesa Materia, pensaba distinto. El estaba en acuerdo de que las masas más pequeñas del reino tuvieran independencia, y querían que los gobernara la señora Molécula. La comunidad de las Fuerzas también proponía que ellas necesitaban independizarse, para ello enviaron a su representante la Fuerza Normal. Y las distintas masas y Fuerzas se aglomeraban ya a las puertas del poblado donde sería la reunión. La princesa Materia envió a sus fieles súbditos Electrón, Protón y Neutrón para que conversaran con el Señor Átomo y lo hiciera desistir de su empeño en independizar a las masas pequeñas. El Señor Átomo también envió un emisario a conversar con la comunidad de las Fuerzas, y llevaba el encargo de que le dijera a Fuerza Normal que si se unían podían hacer causa común y convencer a todos los habitantes del reino que era necesario que cada comunidad tuviera su propio reinado. La princesa Materia envió a su amiga Gravedad a que conversara con el Señor Peso para que este le dijera a Fuerza Normal que si se conservaba el reino de la Reina Masa, ellas, las Fuerzas, podrían seguir actuando como siempre lo habían hecho. El Señor Peso le dijo a Gravedad que no podía prestarse para tal servicio pues ya estaba cansado de estar bajo el gobierno de la Reina Masa. Gravedad tuvo que amenazarlo con desaparecer de su existencia si no acudía con el mensaje donde Fuerza Normal. Por cierto que ante tal amenaza, el Señor Peso tuvo que acceder a la solicitud de Gravedad. Y mientras las masas y las Fuerzas tomaban rumbo al lugar de la reunión, los emisarios iban y venían haciendo negociaciones previas a la reunión, ya sea para afirmar posturas o también para debilitarlas. A orillas del poblado donde se haría la reunión, se levantaban tiendas de campaña improvisadas pues algunas masas no sabían cuánto iba a durar la reunión. Otras, más aprovechadoras de la situación, pusieron a la venta muchos artículos conocidos y otros desconocidos. Se podía encontrar desde los indispensables “cubre masas” hasta los famosos “hoyos para entrar” y “hoyos para salir”. Estos últimos eran los inventos de moda del señor Deschavetado. Las emisoras radiales y televisivas llegaban de todas partes del reino. También lo hacían los reporteros de los distintos periódicos y revistas de mayor circulación. Se instalaban grandes plataformas para emitir señales vía satélite para así llegar más pronto con las últimas noticias del encuentro. La señora Molécula se reunía con sus más cercanas amigas y amigos para buscar argumentos que les aseguraran la independencia del reino. El Señor Átomo hacía las veces de líder y era él quien propiciaba los mejores dichos y las más sabias palabras. Incluso hubo algunos átomos que estaban reconsiderando la opción de que fuera la señora Molécula la futura Reina y ya querían que fuera el Señor Átomo. Pero el mismo Señor Átomo decía que se contentaba con ser el representante, que no tenía ansias de poder ni de gobernar, que era la señora Molécula la más indicada para tal misión. En otra parte, en una extraña tienda de campaña en forma de zapato, se reunían las más importantes Fuerzas para discutir la estrategia que iban a mostrar en la reunión. Todas las Fuerzas presentes opinaban y consideraban que su postura era la más fuerte de todas. Entre ellas, las Fuerzas, lo que no estaba muy claro es quien sería la reina o el rey si lograban la independencia. Muchos se inclinaban para que el futuro reinado cayera en manos del famoso matrimonio Gravitación Universal, donde Leydela sería el rey y Gravedad la reina. El señor Peso se levantó y dijo que era imposible que Gravedad llegara a ser reina pues ella estaba actuando de emisaria de la princesa Materia. Y que incluso había que desterrarla de la comunidad de las Fuerzas pues su acción la consideraba una traición a la causa. Fuerza Normal se levantó y llamó a la cordura, y dijo que si ganaban la independencia harían un plebiscito para elegir a los futuros gobernantes de la comunidad. Con ello hubo más tranquilidad y las argumentaciones siguieron llegando. Mientras, en el palacio de la Reina Masa había cierta convulsión. La Reina Masa consideraba que los agitadores de masas y Fuerzas tendrían que rendir cuentas ante ella, pues estaban siendo desleales con quien les daba cabida en el reino. Para ella, la reina, todo esto era un complot de masas y Fuerzas que tenían intereses creados y solo tenían la ambición de tener poder y, con ello, aumentar sus riquezas. En uno de los salones más lujosos del palacio la princesa Materia recibía las últimas instrucciones para hacer ver a los “agitadores” que no había otra posibilidad que solo el reino de la Reina Masa. Las autoridades locales del poblado donde se haría la reunión tuvieron que llamar a acuartelamiento general a la imponente guardia imperial del reino de la Reina Masa, que era más conocida como “La Muralla”. La Muralla rodeo el poblado y puso integrantes en cada esquina del pueblo, algunos andaban solos y otros acompañados. También tuvieron que vigilar el sector donde estaban las masas vendedoras y las masas compradoras. Era tal el tumulto de masas y Fuerzas, que la presencia de La Muralla fue de una gran utilidad para evitar que se destrozaran los jardines del pueblo y, además, impidieron que se cometieran desordenes. Y llegó el esperado encuentro de los representantes de los sectores que querían la independencia. Se levantó un gran escenario y sobre él se dispuso una mesa donde estarían los representantes y el moderador de la reunión que, por cierto, no podía ser otro que el famoso Gravitón. Llegado el momento al centro de la mesa se sentó Gravitón y a uno de sus lados estaba la princesa Materia y Fuerza Normal, al otro lado solo estaba el Señor Átomo. Gravitón les dijo que cada uno iba a hacer uso de la palabra y que el motivo que deberían argumentar era en el sentido de la necesidad de presentar una solicitud de independencia de las diferentes comunidades del reino de la Reina Masa. Fuerza Normal fue la primera en dirigirse a las numerosas masas presentes y a las tantas que estarían escuchando en la radio o viendo en la televisión esta reunión pública. - Nosotras, las Fuerzas, consideramos que nuestra comunidad debe gobernarse por sí misma ya que la naturaleza de las masas que están bajo el reinado de la Reina Masa es distinta a la de ellas. Mientras que las masas necesitan de estar constituidas por partículas, grandes o pequeñas, nosotras las Fuerzas actuamos solamente, no necesitamos estar compuestas de algo. - Nuestro poderío es tan grande que podemos hacer moverse a las masas a nuestra voluntad, podemos detenerlas o podemos deformarlas. - Es gracias a nuestra existencia que las masas se pueden relacionar entre sí, ya que sin nosotras andarían dispersas por el universo y el reino de la Reina Masa no existiría. - El señor Peso, por ejemplo, ya ha demostrado ser conocido por el reino, incluso más que la misma reina. Por otro lado, es Gravitación Universal la responsable de la forma del reino, es responsable de que exista ese Sol que nos alumbra o de esa Luna que nos visita noche tras noche. - Es la Fuerza de Roce la que impide, junto al señor Peso, que las distintas masas del reino no se escapen de las grandes masas que sirven de hogar para ellas. - Es la Fuerza de Empuje la que impide que las masas acuáticas no tengan que vivir exclusivamente en el fondo del océano o que las masas voladoras no tengan que andar caminando en la tierra y puedan volar. - Las fuerzas vivimos en comunidad y tenemos nuestro propio dominio, consideramos que sería más efectivo que una de nosotras nos gobernara, pues estaría más cerca de nosotras en todo momento. Todas las fuerzas presentes y también muchas masas, aplaudieron a Fuerza Normal, encontraron que sus palabras eran muy sabias. Las más contentas eran las masas frágiles que al contacto con las Fuerzas golpeadoras se destrozaban y se dividían en pequeñas partes. Luego le llegó el turno al Señor Átomo. - Estimadas masas, lo que nos convoca aquí hoy día no tiene mayor sentido pues es sabido que nosotros los átomos y nuestras hermanas mayores, las moléculas, son las que realmente gobiernan en este reino. - Que sería de ustedes, masas de todos los tipos, si no existiéramos nosotros los átomos y las moléculas, que les damos forma y consistencia. - Ni la más pequeña de las masas del reino y del universo está ajena a nuestra presencia. No importa su color, aroma o sabor, siempre somos nosotros los que les otorgamos sus cualidades. - La misma Reina Masa está constituida de nuestros más preciados amigos átomos y moléculas. - Nuestra forma de reunirnos da a las masas su naturaleza de ser masas sólidas, líquidas o gaseosas.  - Nuestra forma de movernos al interior de las masas les otorga el calor necesario para que no se congelen en los tiempos fríos. - Y, por último, nuestra existencia es eterna. Si dejamos de existir ustedes, las masas, también dejaran de existir en este reino y en este universo. Al término de las palabras del Señor Átomo se produjo un impactante e inquietante silencio. Las masas, cuál más y cuál menos, encontraron en sus palabras no solo argumentos que mostraban a los átomos y a las moléculas como los responsables de la existencia de todas las masas que existen. También notaron cierto tipo de amenaza al reino, ya que si ellos dejaran de existir ya no habría razón de ser y se acabarían las masas y, con ello, el reino de la Reina Masa y el mismo universo llegarían a su fin. Sin levantarse de su asiento, intervino la princesa Materia: - Estimadas amigas masas y amigas Fuerzas, muchas cosas que aquí se están diciendo sin duda que son verdad. - Es verdad que nosotras no podríamos movernos de un lado a otro si no existieran las Fuerzas. - Es cierto también, que nuestra consistencia se la debemos a la forma en que en nosotras se reúnen los átomos y las moléculas. - Pero, ¿las Fuerzas, existirían si nosotras no existiéramos? - ¿No es acaso nuestra forma y nuestra consistencia la razón de ser de los átomos y moléculas? - Gracias a las Fuerzas nosotras tenemos la capacidad de desplazarnos de un lado a otro en este reino de la Reina Masa. Los átomos y moléculas no pueden moverse más allá de cada una de nosotras. Ellos, átomos y moléculas, no podrían gobernar más que una masa en particular. - Nosotras estamos en todas partes del universo, y vamos de un lado a otro, sin importar las dificultades que nos pone el medio. Siempre llegamos a donde nos necesitan. - Más aún, y finalizo con esto, es la misma Sabia Naturaleza quien le ha dado a la Reina Masa la labor de reinar en este reino. Acabadas las palabras de la princesa Materia, la enorme aglomeración de masas se levantó de sus asientos y vitorearon y gritaron el nombre de la Reina Masa. Se dieron cuenta, a través de las palabras de la princesa, que la Reina Masa tenía la misión de gobernar, incluso desde antes que existieran las Fuerzas. La Fuerza Normal dijo: No son muchas las palabras que tú has dicho estimada princesa, pero la sabiduría y sencillez con que las has pronunciado sin duda me dejan claro el lugar que nosotras ocupamos en el reino. Seguiremos pues, encargándonos de moverlas de un lado a otro, y también seguiremos cooperando en la tarea de ordenamiento del reino. El Señor Átomo continuó diciendo: Me has convencido querida princesa que también estás hecha de átomos y moléculas. Nosotros somos importantes y vitales para tu existencia y el de todas las masas, sin embargo hemos de reconocer que nuestro reino no podría extenderse más allá de cada una de las masas del reino y del universo y, entonces, serían muchos los reinos de átomos y moléculas que deberían existir. Eso no contribuiría al ordenamiento del reino ni del universo. Seguiremos, entonces, dándoles la forma, el color, el sabor y el calor que necesitan para que existan ustedes las masas. Y así fue como se llegó al final de esta esperada reunión. Al final, los que más ganaron fueron los vendedores de “hoyos para entrar” y “hoyos para salir”. Casi todos los usaron para salir del pueblo y dirigirse a sus respectivas localidades de origen. De la reunión misma, no hubo ganadores ni perdedores, todo siguió igual. Más bien diríamos que se ganó algo, de entonces en adelante en el reino hubo más armonía y alegría, ya todos sabían el lugar que ocupaban en el reino. Ya todos sabían el rol que la misma Sabia Naturaleza les había dado en este universo.

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